Lejos de revelar las políticas antiinflacionarias que adoptará, el Gobierno sigue negando que en la Argentina haya una suba sostenida de precios, particularmente de productos de consumo masivo como la carne. "Como ya nos tiene acostumbrados, (Guillermo) Moreno dio una serie de precisiones poco ciertas de cómo los precios en nuestro país se mantienen relativamente estables, y cuán poco afecta la inflación a los sectores que menores ingresos obtienen", señala Isaac Rudnik, director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci).
Según el Índice Barrial de Precios, medido por el Isepci junto con otras dos organizaciones sociales, en los últimos dos años (desde octubre de 2011 a octubre de 2013), los productos de carnicería tuvieron una variación de 37,33%. En ese mismo período, la Canasta Básica Alimentaria subió un 72,11%. "Si bien los productos de carnicería fueron los que menores aumentos sufrieron en los dos años relevados, las variaciones superan ampliamente las difundidas por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec)", puntualiza Rudnik.
En los últimos dos años, también, el precio del pollo tuvo un aumento de casi el 50%, mientras que cortes populares como la falda con hueso y la carne picada, aumentaron un 44,40% y un 42,86% respectivamente, de acuerdo con el relevamiento del Isepci.
"Mes a mes, hace más de dos años, venimos mostrando las variaciones que se producen en las bocas de consumo de los sectores populares y cómo los aumentos sostenidos de precios incrementan sostenidamente el costo de vida de millones de argentinos. El país de las maravillas, sólo está en las oficinas de Moreno", dice Rudnik.